Opinión

8 de Marzo: Nos moviliza el deseo por un mundo mejor

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Mujeres y lo digo en plural porque existen múltiples y diversas formas de habitar las identidades feminizadas.

Esta fecha me atraviesa como mujer, como mamá (de una niña) y como ciudadana.

Me parece interesante poder hacer extensiva la conmemoración a todo el mes de marzo para lograr visibilizar nuestro lugar y poder pensarnos y transmitirlo a lugares como el trabajo, los clubes, y las demás instituciones que habitamos.

Si bien sabemos que existen violencias cotidianas que se ejercen en los ámbitos que transitamos todos los días, es decir que es un mal general, es importante destacar que la violencia de género no es circunstancial sino que se encuentra enraizada en el inconsciente colectivo desde hace milenios. Sólo que desde hace un tiempo podemos visibilizarla, nombrarla.

Pensar la violencia ejercida y basada en el género permite entenderla como una consecuencia de las construcciones sociales de género, posibilitando una compresión responsable de sus orígenes atreviendome a desautorizar aquellos discursos y mandatos que asignan a las mujeres y al colectivo LGBTIQ+ la carga y la responsabilidad de esta violencia. Aún se escucha decir de manera muy desafortunada frases tales cómo «algo habrá hecho» «para que se viste así» «porque camina sola de noche». Basta con recordar recientemente el ninguneo del actual presidente hacia la cantante Lali Espósito: «Ella empezó».

Como afirma la autora y referente en la materia, Susana Velázquez, las violencias se originan, se apoyan , se ejercen y sostienen en y por la diferencia social y subjetiva establecida entre los géneros. Es así que, existen ciertos parámetros de acuerdos para lo que implica la palabra violencia, pero sigue siendo un desafío seguir trabajando en lo que respecta a género, porque en nuestro país está instalada la temática en la agenda pública gracias a los movimientos de mujeres y diversidades. Sin embargo, aún persiste en la sociedad una cierta resistencia a conocer y empaparse de ello, porque sabemos que la asimetría entre varones y mujeres sigue existiendo, lo vemos a diario en los medios, y lo vivimos en carne propia en la calle y muchas veces en nuestros hogares. Es por ello que la violencia de género no debe ser pensada de forma aislada, ni minimizada.

Aun continuan los mitos, mandatos, ideas, estereotipos, que habilitan a los varones desde el momento que nacen prácticamente a ocupar lugares de masculinidad , como por ejemplo que los problemas se solucionan mediante la violencia. Lamentablemente leemos en las noticias situaciones en las que un grupo de jóvenes duermen a una chica para violarla y esto no es más que un ejercicio del poder habilitado por el patriarcado, que no hace más que enmascarar su impotencia fálica. Es entonces mediante una especie de pacto de masculinidad y las formas en que esto se va construyendo e instalando, que los varones establecen y consideran esto de que dominar, maltratar y reducir a la mujer está permitido.

Existen aquellos que consideran a este día como innecesario, me gustaría responderles que la necesidad de conmemorar cada 8 de marzo radica en el hecho de que por siglos hemos sido las mujeres oprimidas, lapidadas, torturadas, quemadas, y seguimos siendo objeto de discriminación, acoso y trata. Que es necesario porque nos siguen doliendo los nombres de las que ya no están y de los niños que quedan sin su mamá. Que es necesario recordarlo porque cada derecho conseguido debe ser defendido porque los retrocesos y las amenazas de perderlos están a la vuelta de la esquina.

Porque tenemos la capacidad de cuidar, amar, decidir gestar y dar a luz, muchas veces a hijos e hijas de nuestros opresores. Porque nuestro trabajo de cuidado no es igualmente valorado ni remunerado. Porque queremos criar a nuestras hijas sin miedo.Porque nos queremos libres y vivas. Porque la violencia de género, no es un asunto privado sino una problemática que involucra necesariamente al Estado, a través no sólo de sus instituciones, agentes y políticas públicas, sino también a toda la comunidad y en ese sentido es importante poder visibilizarla.

A todas y a cada una, Gracias.

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