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El Banco Central de Uruguay profundiza la desdolarización tras alcanzar meta de inflación

El Banco Central del Uruguay intensifica el uso del peso uruguayo tras controlar la inflación y recortar la tasa de política monetaria, promoviendo estabilidad económica y social.

El Banco Central del Uruguay (BCU) ha intensificado sus esfuerzos estratégicos para fomentar el uso del peso uruguayo, celebrando un encuentro clave con las principales entidades financieras del país días después de reducir su tasa de política monetaria (TPM) gracias a una inflación controlada.

El pasado viernes 24 de octubre, el presidente del BCU, Guillermo Tolosa, lideró una reunión con directivos de los bancos que operan en Uruguay. El objetivo central del encuentro fue intercambiar ideas para la profundización del uso de la moneda nacional en la intermediación financiera.

Las autoridades y directivos subrayaron el buen desempeño del peso uruguayo como opción de ahorro en los últimos años. Además, abordaron los desafíos que implica la desdolarización y reafirmaron la decisión de avanzar hacia un sistema financiero con mayor protagonismo de la moneda nacional.

En este contexto, se destacó el rol de la educación financiera para explicar los procesos económicos y financieros.

Estabilidad Monetaria Justifica Recorte de Tasa

El fomento del peso uruguayo es uno de los objetivos estratégicos del BCU, pero su promoción se ve respaldada por el reciente éxito en el control de precios. El miércoles 7 de octubre, el Comité de Política Monetaria redujo la tasa de política monetaria de 8,75% a 8,25%.

Esta decisión fue motivada por la baja de la inflación observada en los últimos tres meses, cuyo dato de setiembre fue estimado en 4,25%.

El presidente Tolosa afirmó en un audiovisual que la inflación está prácticamente en la meta definida por el Banco Central y proyectó que se mantendrá en ese nivel en los próximos años, «de no mediar choques significativos».

Beneficios Macroeconómicos y Sociales

El BCU promueve la moneda nacional porque su mayor uso conlleva múltiples beneficios.

En el plano macroeconómico, se espera un impacto positivo en la actividad económica, la productividad empresarial y la sostenibilidad fiscal. Además, la moneda nacional potencia la estabilidad macroeconómica y actúa como un amortiguador durante las crisis.

La estabilidad de precios lograda es considerada crucial para el bienestar social. Tolosa destacó que cada punto de control inflacionario «vale para proteger el poder adquisitivo, el bolsillo, el bienestar de los uruguayos, sobre todo, el de los más vulnerables».

Finalmente, la baja y estable inflación es vista como un factor que contribuye a mejorar el acceso al crédito por parte del Estado, las empresas y las familias.

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