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La historia del albañil de Villa Elisa que creó su propio Cinema Paradiso y ahora anuncia su cierre

La historia Omar Borcard, un destaco albañil de la localidad de Villa Elisa, departamento Colón, conmovió a la comunidad tras dar a concer que 24 años despues de haber construído una sala de cine con sus propias manos, anuncia su cierre por la baja de espectadores, la indiferencia del área de Cultura municipal, el avance tecnológico y problemas económicos.

En una emotiva publicación en su perfil de Facebook, Borcard detalló las razones detrás de su decisión: la baja de espectadores, la indiferencia del área de Cultura municipal, problemas económicos, y promesas incumplidas. Expresó su frustración por la falta de reconocimiento y apoyo de la comunidad y las autoridades locales, que contrastan con la fama que ha ganado su cine a través del documental.

“Cine Paradiso comunica que en diciembre de 2025 cerrará sus puertas, después de 25 años, por la baja de espectadores. Los dos últimos sábados se trabajó a pérdida. La indiferencia del área de Cultura municipal, la situación económica, promesas que no se cumplen, cosas que se rompen y no se pueden reemplazar, el desconocimiento de la diferencia entre un cine y la tele, el avance tecnológico, el dinero que no alcanza, el olvido de personas que ayudé en la crisis del 2001 y de mucha gente que no contempla además que Villa Elisa en buena parte fue conocida por la película ´Un cine en concreto´, la prohibición de la venta de tortas fritas en mi casa por parte del municipio a beneficio del cine, son parte de las causas que me llevaron a tomar esta decisión”, expresó, y agregó: “Si Dios me da vida, veré con qué llenar el vacío. Gracias a los que me acompañaron estos 24 años”.

Asimismo, rememoró: “Fue el 3 de junio del 2000, con 45 años, cuando inauguré la demolida sala de la calle Yrigoyen 1574, y en ocho meses construí la nueva sala en Alvear 942. Fui envejeciendo con la pasión intacta. No sé cuando será su última función: el avance de la tecnología y la falta de recursos me indica que tendrá un final que sólo Dios lo sabe. Tuve tristezas, pero más alegrías, y cuando llegue la última función trataré de quedarme con los mejores momentos vividos”.

«En diciembre de 2025, después de 25 años, Cine Paradiso cerrará sus puertas debido a la baja de espectadores y a múltiples factores adversos», escribió Borcard. «La indiferencia del área de Cultura municipal, la situación económica, promesas incumplidas, y otros problemas han llevado a esta decisión dolorosa. Agradezco a quienes me apoyaron durante estos años.»

Para quienes deseen colaborar con Cine Paradiso en sus últimos meses, se puede contactar a Borcard a través de su página de Facebook. La comunidad y los cinéfilos de todo el mundo esperan que la historia de este cine, que ha dejado una marca imborrable, pueda encontrar un desenlace digno de su legado.

LA HISTORIA DE UN SOÑADOR

Omar Borcard, un destacado albañil de Villa Elisa, Entre Ríos, se convirtió en un símbolo de perseverancia y amor por el cine, cuando fundó hace 24 años atrás una sala de cine inspirada en el icónico Cine Paradiso. 

La historia de Borcard y su cine fue inmortalizada en el documental “Un cine en concreto”, dirigido por la cineasta Luz Ruciello, quien, durante una década, lo siguió para contar su historia, donde detalla su lucha por mantener el cine en pie, pese a todas las dificultades. Es el perfil de un hombre que convirtió su pasión en una experiencia de vida. Estrenada en marzo de 2017, la película recorrió festivales en toda Argentina y en diversos países de Latinoamérica y Europa, recibiendo aclamación por su relato inspirador y emotivo.

El reconocimiento internacional llegó también a través de Netflix, que eligió Cinema Paradiso para el preestreno de la película «Klaus», acondicionando el cine y proyectando un tráiler que muestra a Borcard emocionado por la transformación de su querido espacio.

Sin embargo, a pesar de los logros y el apoyo ocasional, Borcard enfrenta serias dificultades financieras. La entrada, que se cobra a 500 pesos, apenas cubre los costos operativos, y el mantenimiento de equipos, como los proyectores, lo que ha sido un desafío constante. “Acá vendíamos tortas fritas con mi señora y mis amigos los sábados de tarde, para ir juntando dinero para tener fondos para el cine, y una vecina se quejó de que le molestaba el olor de la fritura y me hicieron firmar un papel en la Municipalidad en el que me informaban que no podía hacerlas más”, lamentó.

La falta de apoyo y recursos llevó a este hombre apasionado a tomar la difícil decisión de cerrar el cine.

Fuente: PERFIL

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