La mata atlántica o bosque atlántico es un bioma presente en Brasil, Paraguay y Argentina. Es una macro ecorregión neotropical compuesta por 15 ecorregiones distintas. Es uno de los biomas más amenazados del planeta.
Un estudio realizado por una fundación brasileña “SOS Mata Atlântica” muestra que sólo 11 puntos (6,9%) de los ríos del bioma vigilado por la entidad tienen agua de buena calidad.
La edición de este año del informe “El Retrato de la Calidad del Agua en las Cuencas Hidrográficas de la Mata Atlántica”, uno de los 9 biomas brasileños, considera que la mayoría (75%) de los puntos fluviales tienen agua de calidad regular, mientras que el 16,2% tienen mala calidad y el 1,9% están clasificados como pésimos.
Para elaborar el documento, la fundación contó con la colaboración de 2,7 mil voluntarios que integran el programa Observando los Ríos, en actividad desde 2015. El equipo de voluntarios salió al campo a realizar colectas mensuales de enero a diciembre de 2022, alcanzando un total de 990 análisis en 160 puntos de 120 ríos y cuerpos de agua. En cuanto a la cobertura geográfica, el informe destaca que, en total, el trabajo abarca 74 municipios de 16 estados que componen el bioma de la Mata Atlántica.
Al comparar los resultados, se observó que la calidad media del agua se mantuvo igual, “con una indicación de ligera mejora”. Según el estudio, los puntos con buena calidad subieron de 7 a 8; los de calidad regular, de 75 a 80; y los de mala calidad cayeron de 21 a 15. Como en el año anterior, hubo tres puntos con pésima calidad: todos ellos, una vez más, en el río Pinheiros, en São Paulo.
Para el director del Instituto Nacional de la Mata Atlántica, Sérgio Lucena, los datos presentados por la Fundación son “chocantes, pero no sorprendentes”. Lucena recuerda que los números no vienen cambiando significativamente a lo largo de los años, como debería ocurrir. “Desgraciadamente, porque necesitan cambiar para mejor. Los parámetros son muy malos, y esto es sin duda consecuencia no sólo de la densificación de la población, sino del mal uso del agua y del suelo, de la tierra. En el área rural, el mal uso está causando contaminación y, en el área urbana, especialmente, la falta de saneamiento básico.
Sérgio Lucena comenta que, aunque los datos del estudio son importantes, deben leerse con cautela, ya que no abarcan la totalidad de los impactos, como los residuos químicos y los pesticidas. “Esta metodología capta los parámetros más importantes de la calidad del agua para uso doméstico, industrial y agrícola, pero no es un análisis que haga un diagnóstico del uso de pesticidas. Es importante recordarlo. Trata cuestiones de turbidez, contaminación biológica, cantidad de nitratos, etc., que reflejan bien la contaminación por aguas residuales, por lixiviación [eliminación natural de nutrientes] del suelo”, subraya.
FINANCIACIÓN
El estudio fue financiado por la marca de productos de limpieza e higiene Ypê, la cual en marzo de 2019 fue responsable de verter un gran volumen de residuos químicos en un afluente del río Tietê, en São Paulo. Con la contaminación del agua, se produjo la muerte de cientos de peces.
