La información surge del Boletín de Comercio Exterior del MERCOSUR de la CEPAL. Según el organismo dependiente de la ONU, los valores exportados por el MERCOSUR alcanzaron los 441.000 millones de dólares durante el año 2023, reflejando una contracción del 4,1% en comparación con el año anterior.
Para la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), la principal razón detrás de esta disminución fue la reducción del 7,2% en los precios de la canasta de exportación del bloque, compuesta principalmente de productos primarios, como resultado de la suba generalizada de las tasas de interés de referencia a nivel mundial y la progresiva normalización de las cadenas globales de valor luego de la pandemia y del impacto inicial de la guerra en Ucrania.
En contraste, los volúmenes exportados aumentaron un 3,2%, impulsados por una marcada mejora en las cosechas agrícolas de Brasil y Paraguay, que contrarrestó la caída en las de Argentina y Uruguay, afectadas por una sequía histórica.
Respecto a las importaciones, el informe señala que los valores importados por el bloque experimentaron una disminución del 11,7% respecto a 2022, alcanzando un total de 361.000 millones de dólares. La caída se debió, principalmente, a la reducción del 9,5% en los precios de los bienes importados, especialmente combustibles y fertilizantes.
Por otra parte, los volúmenes de importación se contrajeron un 2,4% en relación con el año anterior, debido a la recesión en Argentina y el bajo dinamismo de la inversión en Brasil. Las tendencias en los precios se tradujeron en una mejora en los términos del intercambio del MERCOSUR del 3,2%. Esto, junto con la dinámica descendente de los volúmenes importados, resultó en un superávit comercial del bloque en el comercio de bienes de 80.000 millones de dólares, equivalentes al 2,7% de su PIB.
EL INTERCAMBIO COMERCIAL ENTRE LOS MIEMBROS DEL MERCOSUR Y EXTRA-BLOQUE
El valor del comercio entre los miembros del MERCOSUR mostró una mayor resiliencia que el intercambio total, registrando un crecimiento del 4,2% respecto al año previo. Este aumento fue favorecido por el dinamismo del sector manufacturero, en particular el complejo automotor.
Además, el bloque mostró capacidad para afrontar el choque exógeno que significó la sequía en Argentina y Uruguay sobre ciertas cadenas de valor garantizando el suministro de insumos desde los otros miembros del bloque. Por ejemplo, ante la escasez de soja, la industria molinera argentina se abasteció de granos provenientes de Paraguay y Brasil, mientras que en Uruguay se importó maíz y energía eléctrica de Brasil y Argentina.
En lo que respecta al comercio extra-bloque, las exportaciones que más se resintieron fueron las destinadas a Europa, mientras que la caída de las importaciones estuvo sobre todo concentrada en aquellas provenientes desde Asia y Estados Unidos.

SERVICIOS VS. BIENES
Los valores del comercio de servicios mostraron mayor dinamismo que los de bienes, en línea con la tendencia global, y superaron sus niveles previos a la pandemia. En el caso de las exportaciones de servicios su valor aumentó un 12,8% respecto al año anterior, impulsado por el turismo receptivo y los servicios modernos.
En el de las importaciones el crecimiento fue más moderado, del 4,6%, debido fundamentalmente a la baja en los precios internacionales del transporte de bienes, que contrarrestó el fuerte crecimiento del turismo emisivo.
Como resultado, el déficit estructural del MERCOSUR en el comercio de servicios se contrajo levemente y alcanzó los 44.000 millones de dólares, un 1,5% del PIB del bloque. Con un superávit en bienes que superó al déficit en servicios, el saldo comercial total resultó positivo en un 1,2% del PIB, lo que significó una mejora en comparación con el de 2022, cuando el comercio había sido equilibrado.
PERSPECTIVA PARA EL 2024
Según el organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 2024 presenta importantes desafíos para el comercio exterior del MERCOSUR. Además del bajo dinamismo de la demanda global, se observa una tendencia a la disminución de los precios internacionales de los productos que el bloque exporta, por la persistencia de las tasas de interés de referencia en niveles elevados, la desaceleración de la actividad de la construcción en China, y la normalización de las exportaciones de productos agropecuarios y fertilizantes en Rusia y Ucrania.
A favor de las exportaciones juega la expectativa de una mejora en la cosecha en Argentina y Uruguay, pasada la sequía, aunque se estima una caída en Brasil.

Por su parte, las importaciones podrían reducirse si se mantiene la tendencia a baja en los precios del petróleo y los fertilizantes, aunque la conflictividad en el Mar Rojo podría encarecer los costos de los fletes, de los que el bloque es importador neto, e indirectamente elevar los precios de los combustibles dada su mayor demanda para hacer frente a distancias más largas a raíz de los desvíos que actualmente se producen para evitar transitar por zonas de conflicto.
Por el momento, en el primer trimestre de 2024 el valor de las exportaciones del grupo creció 4,0%, mientras que el de las importaciones se redujo 6,3%.