Un reciente estudio realizado por la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (BCER) arroja luz sobre la compleja situación económica que atraviesan los productores de maíz de primera en la provincia, destacando que el costo del arrendamiento es un factor decisivo en la rentabilidad esperada para el ciclo 2025/26. El informe detalla que, si se considera el arrendamiento promedio provincial, la probabilidad de éxito cae drásticamente, poniendo en riesgo la sustentabilidad de la producción y la equidad en el desarrollo regional.
El análisis de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos evalúa la probabilidad de que los productores alcancen el rendimiento de indiferencia (punto de equilibrio) para el maíz de primera en el ciclo 2025/26. Para realizar esta estimación, el modelo incorporó los costos promedio de labores, insumos, cosecha y comercialización, además del precio de pizarra (Rosario) del maíz y la soja registrado el 10 de noviembre.
La BCER incorporó además el efecto del aumento del precio del arrendamiento sobre la rentabilidad esperada, utilizando rendimientos medios observados a lo largo de los ciclos 2014/15 a 2024/25. El estudio aborda distintas modalidades de producción, desde campo propio hasta niveles de arriendo que oscilan entre 5 y 12 quintales de soja por hectárea (qq/ha). Naturalmente, a medida que el nivel de arriendo se eleva, la probabilidad promedio de éxito disminuye significativamente.
La alta probabilidad de fracaso con renta promedio provincial
La situación se torna desafiante al considerar los valores de arriendo más comunes. El estudio clasifica el escenario productivo como “Riesgoso” cuando se toma en cuenta un arrendamiento promedio provincial de 8 qq/ha. En este nivel de arriendo, la probabilidad de éxito para el productor es de tan solo el 38,1%. Por lo tanto, la eficiencia en la gestión agronómica y operativa se vuelve un factor crítico e indispensable para alcanzar la rentabilidad.
El informe de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, publicado el 17 de noviembre de 2025, sintetiza el comportamiento promedio de la probabilidad de alcanzar los rendimientos requeridos considerando todos los departamentos de la provincia. Esta visión general muestra cómo los mayores costos asociados a los distintos niveles de arriendo exigen rendimientos más altos, impactando directamente en la capacidad de los productores para cubrir sus gastos.
Campo propio ofrece mayor seguridad: el mapa del éxito
La modalidad de campo propio (equivalente a un costo de arrendamiento igual a cero) presenta, lógicamente, la mayor probabilidad de éxito, alcanzando un promedio provincial del 76%. El estudio señala que producir en campo propio es, en general, la opción más segura.
Sin embargo, incluso en esta situación ideal, solo cinco departamentos de Entre Ríos —Diamante, Gualeguay, Paraná, Tala y Victoria— cuentan con una alta probabilidad de alcanzar el rendimiento de indiferencia. En estos cinco departamentos, el riesgo de fracaso es mínimo, oscilando entre 1 a 2 años por cada 10. Este mapa de probabilidades, o “heatmap” (mapa de calor) presentado en la Figura 2 del informe, permite visualizar la viabilidad económica en función de la variación del costo de arrendamiento.
El riesgo se dispara ante el aumento de la renta
Cuando el costo de arrendamiento comienza a elevarse, el riesgo aumenta sustancialmente y la probabilidad de éxito disminuye para la mayoría de las áreas. Si el valor del arrendamiento alcanza apenas los 5 qq/ha de soja, los mejores resultados se concentran en los mismos cinco departamentos (Diamante, Gualeguay, Paraná, Tala y Victoria), pero incluso en ellos, el riesgo de fracaso se incrementa a un rango de 2 a 4 años de cada 10.
Finalmente, el análisis subraya el escenario más exigente: un costo de arrendamiento de 12 qq/ha de soja. En este nivel, la viabilidad económica se reduce severamente. De hecho, el mejor resultado se registra en el departamento Victoria, pero allí la probabilidad de fracaso llega a uno de cada dos años. Este escenario pone en perspectiva la dificultad que enfrentan los productores que dependen del arriendo de tierras, subrayando una problemática que afecta la justicia social y el desarrollo equitativo de la región.
