Con un modelo productivo adaptado a las condiciones locales, el INTA Concordia propone impulsar la piscicultura entrerriana mediante la cría comercial de pacú, una especie nativa del río Uruguay que combina rentabilidad, identidad regional y potencial gastronómico. Según el informe de Carlos Fuser y Juan Pablo Hegglin, el esquema permitiría producir 20 toneladas por temporada y alcanzar un margen bruto de $27 millones en nueve meses.
Entre Ríos se proyecta como un escenario clave para el crecimiento de la piscicultura en Argentina. Un modelo comercial desarrollado por el INTA Concordia propone producir 20 toneladas de pacú por temporada en apenas tres hectáreas, apuntando a un margen bruto de 27,2 millones de pesos por ciclo de nueve meses.
Este esquema semintensivo, adaptado a las condiciones productivas y climáticas de la región, busca consolidar la cría del pacú —una especie autóctona del río Uruguay— como alternativa rentable, con fuerte identidad local y potencial para apuntalar la gastronomía y el turismo entrerriano.
UN MODELO ADAPTADO AL TERRITORIO Y A LA DEMANDA GASTRONÓMICA
Según el informe de Carlos Fuser y Juan Pablo Hegglin, de la Estación Experimental Agropecuaria Concordia del INTA, el pacú no compite con los tradicionales pescados de río que se capturan en la provincia, sino que se posiciona como un producto premium gracias a sus atributos nutricionales y la calidad de su carne. Esto abre oportunidades comerciales para restaurantes y hoteles que buscan ofrecer platos con identidad entrerriana, desde mitades a la parrilla y filetes hasta empanadas y propuestas innovadoras.
El modelo contempla la instalación de 40 estanques de 50 x 10 x 2 metros (500 m² cada uno), capaces de albergar 400 peces por ciclo y alcanzar un peso comercial de 1,3 kg, con una tasa de mortalidad controlada del 2%. Surge del trabajo técnico del INTA que desde hace casi una década investiga y valida sistemas productivos de distintas escalas, desde familiares hasta comerciales.
INFRAESTRUCTURA Y MANEJO ADAPTADOS AL CLIMA ENTRERRIANO
El sistema semintensivo propuesto por el INTA Concordia prevé estanques alimentados con agua de dos pozos a 36 metros de profundidad, bombeada por motores de 2 HP, y aireación controlada mediante una turbina regenerativa de 5 HP que funciona en pulsos diarios. Cada estanque cuenta con desagües de seguridad y vaciado, lo que facilita el manejo sanitario.
La temperatura del agua resulta un factor clave. El pacú crece de forma óptima a 26°C, reduce su alimentación por debajo de los 16°C y puede sufrir estrés respiratorio si el agua supera los 30°C. En la zona de Salto Grande, donde el agua puede alcanzar 32°C en enero y descender a 10°C en julio, se incorpora agua de pozo a 20°C para mitigar esos extremos, asegurando mejores condiciones para la supervivencia de los peces.

INVERSIÓN, COSTOS Y RETORNO ECONÓMICO
El proyecto requiere una inversión inicial estimada de 64 millones de pesos para un criadero de 40 estanques, incluyendo el movimiento de suelo, cañerías y sistema de aireación. Los principales costos productivos son los juveniles ($1.500 cada uno), el alimento ($850/kg, con un consumo de 2,1 kg por pez) y el faenado/despinado ($700 por pieza), que representan el 70% del gasto total.
Así, el costo de un kilo de pacú despinado ronda los $5.500, mientras que su precio de venta estimado es de $8.000, generando un margen bruto de $1.700 por pieza. Este esquema permite proyectar la recuperación de la inversión inicial en la tercera temporada, con un margen global estimado en $27,2 millones por ciclo.

COMERCIALIZACIÓN Y FUTURO DEL SECTOR
Aunque la cadena comercial todavía está en desarrollo, existen experiencias de venta directa a restaurantes, hoteles y consumidores finales, e incluso casos de piscicultores que procesan su propia producción en emprendimientos gastronómicos. La posibilidad de mantener el pacú freezado por hasta tres meses facilita la logística y amplía las oportunidades comerciales.
Entre Ríos cuenta con más de 30 criaderos y un ecosistema de proveedores e insumos que sigue consolidándose. El modelo diseñado por el INTA Concordia también contempla la integración de efluentes para fertirriego de frutales, pasturas o cultivos, promoviendo sistemas productivos circulares y ambientalmente sostenibles.
