Tras conocerse las declaraciones de Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, en un video grabado para un evento vinculado a la OTAN, sobre el interés del país del norte en los recursos de América Latina, la cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), fue contundente en la defensa de los mismos ante los constantes intentos desestabilizadores de los gobiernos estadounidenses para apropiárselos.
Los países de América Latina y el caribe nucleados en la CELAC llevaron adelante un encuentro histórico en Buenos Aires en el que firmaron una declaración conjunta con cien puntos de consenso vinculados a un nuevo proceso de integración en la región, que pretende “promover la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural de los pueblos”.
La presencia del presidente de Brasil, Inácio Lula da Silva, en la séptima cumbre de jefes de Estado, fue uno de los acontecimientos más importantes del evento ya que su triunfo significa un giro en la dinámica de la región.
El documento rubricado por los jefes de Estado hace hincapié en la defensa de los recursos naturales y estratégicos; exige de manera reiterada el levantamiento del bloqueo a Cuba; resalta la importancia de fomento del diálogo con Venezuela y el principio de no intervención e injerencia en las democracias de sus pueblos.
Hubo respaldo explícito al reclamo argentino por Malvinas, divergencias con Luis Lacalle Pou y tensa situación por Perú, todos ejes del encuentro que mantuvieron los mandatarios a puertas cerradas.
CARIBE Y AMÉRICA LATINA UNA SOLA REGIÓN
El presidente argentino Alberto Fernández afirmó “ha llegado el momento de hacer del Caribe y de América Latina una sola región que defienda los mismos intereses para el progreso de nuestros pueblos”, sostuvo el mandatario, y subrayó que “para eso tenemos que trabajar unidos, porque es mucho más fácil lograr esos resultados juntos”.
Al mismo tiempo destacó la importancia de “trabajar para garantizar y fortalecer la institucionalidad en la región”. En esa línea advirtió: “Creemos en la democracia y la democracia está en riesgo. Después de la pandemia sectores de ultraderecha se han puesto de pie y están amenazando a cada uno de nuestros pueblos”.
El Jefe de Estado señaló que “ahora que estamos en una CELAC completa con la vuelta de Brasil, la oportunidad de unir a la región es un imperativo que se nos impone y tenemos que lograrlo”, y añadió que “la globalización no funciona tal como funcionaba y dejó en evidencia las carencias del sistema económico”.
Además, consideró que “tenemos todas las posibilidades de desarrollarnos unidos. Lo único que debemos hacer es profundizar nuestro diálogo. Quienes están aquí han sido elegidos por sus pueblos y, más allá de lo que cada pueblo decida, en la diversidad debemos respetarnos y crecer juntos”.
“Sabiendo que es un esfuerzo que bien vale la pena, porque tiene que ver con el progreso de nuestros pueblos, tenemos que convertir todos estos deseos y palabras en instituciones y en hechos; tenemos que hacer que la integración sea una realidad, que sean acciones que nos permitan avanzar”, enfatizó.
“Tengo la tranquilidad de que este año puse a América Latina en el lugar que se merece”, apuntó el Presidente, y concluyó: “Solos valemos poco. Unidos podemos tener una fuerza arrolladora”.