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Alertan sobre efectos nocivos del cambio climático para América Latina

La creciente subida del nivel del mar y el continuo calentamiento oceánico constituyen riesgos severos para el desarrollo de América Latina y el Caribe, alertó un informe disponible en el sitio de la Organización Meteorológica Mundial.

De acuerdo con el estudio, se prevé que la creciente subida del nivel del mar y el continuo calentamiento de los océanos sigan afectando a los medios de subsistencia, el turismo, la salud, la alimentación, la energía y la seguridad hídrica en las zonas costeras, en particular en las islas pequeñas y los países de América Central.

Asimismo, para las ciudades andinas el deshielo de los glaciares representa la pérdida de una importante fuente de agua dulce destinada a uso doméstico, riego y generación de energía hidroeléctrica, abundó el secretario general de la entidad, Petteri Taalas.

En América del Sur, añadió, la continua degradación de la pluviselva amazónica sigue siendo uno de los principales motivos de preocupación tanto para la región como para el clima a escala mundial, habida cuenta de la función desempeñada por ese tipo de bosque en el ciclo del carbono.

Las conclusiones de la investigación alertan sobre la tendencia ascendente del calentamiento en Latinoamérica, pues la tasa media de aumento de las temperaturas fue de aproximadamente 0,2 grados Celsius por década entre 1991 y 2021, el doble del registro entre 1961 y 1990.

Por otra parte, los glaciares de los Andes tropicales prescindieron de, al menos, un 30 por ciento de su superficie desde la década de 1980 y, en Perú, algunos incluso registran una pérdida del 50 por ciento.

La megasequía que castiga la zona central de Chile prosiguió durante 2021, en su decimotercer año hasta la fecha, y la convierte en la más prolongada de la región en el último milenio, agravando una tendencia al aumento de la sequedad y poniendo a ese país a la cabeza de la crisis hídrica de la región, remarcó.

Además, una sequía plurianual en la cuenca del Paraná-Plata, la peor desde 1944, afectó al centro-sur del Brasil y a partes del Paraguay y del Estado Plurinacional de Bolivia.

En la cuenca del Paraná-Plata, los daños a la agricultura causados por la sequía redujeron las cosechas, en especial las de soja y maíz, y ello afectó a los mercados agrícolas mundiales. En el conjunto de América del Sur, las condiciones de sequía provocaron un descenso del 2,6 % en la cosecha de cereales de 2020/2021 con respecto a la temporada anterior.

Además de los impactos de la pandemia de COVID-19, en la región de América Latina y el Caribe se produjeron 175 desastres durante el período 2020-2022, según datos de la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR).

Igualmente, la temporada de huracanes del Atlántico del pasado año fue la tercera más activa de la que se tiene constancia con el registro de 21 tormentas con nombre, mientras precipitaciones extremas ocasionaron crecidas y deslizamientos de tierra.

Añadió el reporte que la pluviselva amazónica brasileña perdió, en 2021, un 22 por ciento más de superficie forestal frente a 2020.

América del Sur es una de las regiones con mayor necesidad documentada de reforzar los sistemas de alerta temprana, para lograr una adaptación eficaz en zonas expuestas a los fenómenos meteorológicos extremos.

En la región de América Latina y el Caribe se produjeron 175 desastres durante el período 2020-2022, refirió el informe al citar datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres.

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