Medio Ambiente

Albatros: Un grupo de aves marinas en un estado de conservación preocupante

Por primera vez, el 19 de junio se celebró el día mundial de esta especie, amenazada por varios factores, entre ellos la mortalidad incidental que representan los busques pesqueros.

El 19 de junio se celebró por primera vez el Día Mundial del Albatros (World Albatross Day), dedicado a recordar a estas majestuosas aves y destacar su preocupante estado de conservación. La fecha recuerda el día en que el Acuerdo sobre la Conservación de Albatros y Petreles (ACAP) se abrió a la firma de países en 2001, constituyéndose en el mayor esfuerzo intergubernamental para mejorar el estado de conservación de este grupo de aves seriamente amenazadas.

Los albatros son aves marinas de gran porte que llegan a superar los tres metros de envergadura y que pasan una parte muy importante de sus vidas volando en altamar, parando en tierra sólo para reproducirse. La fragilidad de estas aves marinas se basa en la baja productividad de sus poblaciones, producto de la baja frecuencia reproductiva (año por medio o dos veces cada tres años en muchas especies), la puesta de un solo huevo por temporada, y una madurez retrasada con ejemplares de algunas especies que llegan al estado adulto recién a los 10 a 15 años de edad. Los albatros son especies con alta fidelidad de pareja y muy longevas, con registros que superan los 60 o 65 años de vida.

En condiciones naturales los albatros basan su dieta en peces, moluscos y crustáceos pelágicos, tomándolos de la superficie o de las capas muy superficiales del mar. “Sin embargo, a lo largo de sus prolongadas vidas, estas aves aprenden a tomar ventaja de recursos originados por las actividades pesqueras, como descartes y desechos del procesado de la captura, y que suelen ser abundantes y más predecibles en espacio y tiempo que los recursos naturales. Si bien este subsidio alimentario puede ser interpretado como un beneficio para los albatros (de hecho puede serlo para otras especies de aves con diferente shistorias de vida), en realidad los efectos negativos de esta asociación por lejos contrarrestan cualquier posible beneficio. Al asociarse a las embarcaciones de pesca en busca de carnadas, descarte o desechos, los albatros y otras aves marinas se enganchan, enredan o colisionan con los aparejos de pesca, lo que constituye una atracción fatal. La mortalidad incidental resultantepuede aparentar mínima a escala de buque, pero definitivamente no sostenible para las especies cuando la misma se escalaregional o globalmente”, explica Marco Favero, investigador principal del CONICET y director del proyecto Ecología y Conservación de Aves Marinas, en el Grupo Vertebrados del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMYC, CONICET-UNMDP).

Favero, quien desde 2007 trabaja asociado al ACAP y hasta hace poco estuvo trabajando en Tasmania, Australia, como Secretario Ejecutivo de este acuerdo internacional, explica que a la mortalidad incidental en el mar se suma otra importante amenaza para los albatros en sus colonias. Una gran proporción de las especies se reproduce en islas remotas,muchas de ellas subantárticas,que recién fueron alcanzadas por el hombre en el siglo XVIII durante la explotación de focas y lobos marinos, seguida de cerca por el advenimiento de la industria ballenera. La colonización de las islas como bases de acopio y logística para esas industrias extractivas llevó a la introducción de mascotas y animales de granja para uso doméstico como gatos, chanchos, conejos y roedores que viajaban en los barcos y terminaron invadiendo las islas. “Con el tiempo, muchos sitios reproductivos de los albatros, originalmente aislados y carentes de depredadores terrestres, se encontraron infestados de ratas, ratones y otra fauna asilvestrada que directa o indirectamente afectó y sigue afectando el éxito reproductivo en las colonias por pérdidas de huevos y la mortalidad de pichones. Encima de todo esto, evidencia reciente muestra que los efectos negativos de la mortalidad incidental y los predadores introducidos, entre otras amenazas,están siendo exacerbados por efectos del cambio climático y los concomitantes cambios dela circulación atmosférica, masas de aguas y distribución de presas a escala global”.

En el grupo de investigación del IIMYC, se trabaja desde fines de los 90 para entender el problema de la mortalidad incidental en diversas pesquerías argentinas, generando asesoramiento tanto para las autoridades de aplicación en el gobierno, como para sectores de la industria pesquera dentro de esquemas de certificación que requieren de la implementación de un enfoque ecosistémico. “Las investigaciones cuentan con el importante aporte del Programa de Observadores a Bordo de Buques Comerciales del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero(INIDEP), instrumental en la obtención de datos científicos desde las embarcaciones pesqueras. Además de nuestro grupo de investigadores del CONICET basados en la Universidad Nacional de Mar del Plata, hay otros grupos de investigación en el país a lo largo de la Patagonia, así como otras organizaciones, que trabajan en temas afines y con los que existe una muy buena colaboración”, relata Favero.

Las aguas de la Plataforma Continental Argentina son altamente productivas y contienen una extrema biomasa de presas y predadores entre los que se encuentran los albatros. Dentro de esta biodiversidad, algunas especies son particularmente emblemáticas en Argentina, como el Albatros de ceja negra (Thalassarchemelanophris) con el 80 por ciento de su población global reproduciendo en las Islas Malvinas y las Georgias del Sur, o los Albatros errante, Albatros de cabeza gris o el Albatros manto claro, por nombrar algunas,que reproducen en Islas Georgias del Sur. El Mar Argentino y sus aguas circundantes no son únicamente utilizadas por especies locales sino que también son extensamente utilizadas por un número importante de albatros que provienen de otras regiones del planeta. Además del rol clave de estas aves en el funcionamiento de los ecosistemas marinos por su aporte en biomasa como predadores tope, los albatros son también destacados en la literatura por su potencial de servir como indicadores de la salud de los mismos.

Favero explica: “Los albatros son viajeros extremos, cubriendo miles de kilómetros incluso en un solo viaje de alimentación. Un albatros de cabeza gris puede, por ejemplo, circunnavegar la Antártida dos veces entre períodos reproductivos, un albatros de Buller que reproduce en Nueva Zelanda viaja hasta las aguas de Chile y Perú para alimentarse durante el invierno, o un albatros de cola corta que reproduce en Japón puede distribuirse ampliamente en el Pacífico Este. Estas capacidades de vuelo presentan un gran desafío para implementar estrategias de conservación que sean efectivas, haciendo imperativa la coordinación en el ámbito internacional”.Éste fue precisamente el motor que condujo a la creación del ACAP, un instrumento multilateral vinculante,en vigor desde el 1 de febrero de 2004,que tiene por objetivo mejorar el estado de conservación de estas aves a través de la cooperación internacional. Actualmente ACAP cuenta con 13 Partes y varios países observadores y organismos de conservación que contribuyen a la agenda del acuerdo. Argentina se unió al ACAP ratificándolo e l7 de junio de 2016 por Ley 26.107, y consecuentemente asumiendo la responsabilidad de implementar localmente aquellas acciones de conservación que fueran aprobadas en ese foro intergubernamental.

Según indican los investigadores, la mortalidad incidental de aves marinas en pesquerías puede ser mitigada con la implementación efectiva de mejores prácticas pesqueras que reduzcan la atracción hacia los barcos o minimicen los enredos y/o colisiones con aparejos y artes de pesca, acciones contempladas en el Plan Nacional de Acción – Aves Marinas aprobado por el Consejo Federal Pesquero en 2010.“El problema de las especies introducidas en sitios reproductivos es también un gran desafío porque implica acceder a sitios remotos y llevar adelante campañas de erradicación de especies invasoras, que no solamente son muy costosas sino también logísticamente desafiantes. La solución efectiva a estos problemas de conservación requiere no sólo de voluntad política sino también de un abordaje transdisciplinario que contemple la participación activa de tomadores de decisión, académicos, conservacionistas y la industria pesquera, entre otros”, manifiesta Favero.

A pesar de los numerosos esfuerzos de conservación en el ámbito nacional e internacional aún queda un largo camino por recorrer para ver la recuperación de las poblaciones de albatros. “Lamentablemente el tiempo disponible es escaso considerando que algunas de estas especies se encuentran seriamente amenazadas con la extinción.Este 19 de junio es un día especial dedicado a estas majestuosas aves, que esperamos nos haga reflexionar sobre lo que podemos hacer personalmente e institucionalmente para asegurar su existencia”, concluye Favero.

Noticias relacionadas

Deja un comentario