Cultura

María Moreno: “Me interesa una política cultural que propicie al mismo tiempo lo experimental y lo popular”

Periodista, escritora y directora del Museo del Libro y de la Lengua, María Moreno nos cuenta sobre sobre las actividades culturales a distancia y el panorama literario en la actualidad.

Periodista, crítica cultural y escritora, María Moreno dio sus primeros pasos en el diario La Opinión. Trabajó en Página/12 y colaboró en el diario Sur y en las revistas Babel y Fin de Siglo. Fue secretaria de redacción de Tiempo Argentino y creadora de su suplemento Mujer. Ha publicado El affair Skeffington, El petiso orejudo, Banco a la sombra, Black out, y Panfleto, entre otros.

En 1984 fundó Alfonsina, una revista feminista que fue pionera durante los primeros años de la democracia.

A lo largo de su trayectoria obtuvo una gran cantidad de premios y distinciones, entre ellos, el Premio Iberoamericano Manuel Rojas 2019 que desde 2012 otorga anualmente el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, el Premio Nexo en 1999 por su trabajo contra la discriminación de género, el de la Agenda de las Mujeres en 2010 y el Premio de la Crítica al Mejor Libro Argentino de Creación Literaria en 2017.

Una de las grandes ensayistas de habla hispana, conversamos con María Moreno sobre su gestión al frente del Museo del Libro y de la Lengua, los proyectos de la institución, y el panorama literario en nuestro país.

-¿Qué actividades se están llevando a cabo en el Museo del Libro y de la Lengua en estos meses de pandemia?

-La pandemia fue la oportunidad de realizar secciones audiovisuales a través de Youtube que permiten un alcance federal y una continuidad que jamás hubiéramos logrado con las muestras presenciales. Estamos construyendo una bibliografía feminista a través de diversos testimonios, una sección llamada Lenguas vivas que registra el debate en torno a las lenguas que se hablan en el país, que incluye tanto las de los pueblos originarios, como el cocoliche y las lenguas apócrifas inventadas por grandes artistas como Jorge Bonino. También una sección sobre literatura y comida, parodia del “Come en casa Borges”, latiguillo de Bioy que incluye un diccionario literario a la manera “buffa” del Diccionario del argentino exquisito. Recuerdo una imagen de los formalistas rusos calentándose junto a un fuego que alimentaban con las páginas de los libros que iban leyendo.

Decultura.net.

Rodolfo Walsh le escribió una carta a su hija Vicki cuando tenía trece años, contándole las desventajas de ser mujer en una ciudad como La Plata que él consideraba no de grandes talentos sino de médicos y de abogados, y que no tenía bibliotecas como las del primer mundo donde probablemente habría más libros sobre la Plata que en La Plata. Luego le sugería que era esa misma precariedad la que despertaba la imaginación. Estos ejemplos pueden ser reconfortantes pero imponen unos sacrificios desmedidos que no deberían ser los que en el mito alimenten el talento. La cultura debe ser financiada como esencial. Y esperamos la vuelta de lo presencial, de los cuerpos y las palabras cercanas como en la asamblea y la movilización.

-¿Qué significa como escritora dirigir una institución como el Museo del Libro y de la Lengua?

-Se trata de trabajar colectivamente y en una intervención política que me hace salir del narcisismo autoral. Me interesa una política cultural que propicie al mismo tiempo lo experimental y lo popular.

Por otra parte siempre tuve una vertiente Marta Minujín reprimida que me lleva a soñar con salirme del libro hacia la ambientación y la performance. En mi primer libro El affair Skeffington, la protagonista hace exposiciones sobre políticas de la lengua, una llamada Mother-nisme que tiene por objeto la deuda de Joyce con la mediación de las mujeres en su obra y una experiencia colectiva, bajo la forma de una encuesta popular destinada a construir “la frase más larga del mundo”.

-¿Cuál es su opinión respecto del actual panorama literario en nuestro país?

-Es de gran vigor antiedípico, aunque la palabra quizás no sea la adecuada. La crítica ha propuesto filiaciones de Borges y de Arlt, aunque existan innumerables hijos de Aira y siempre hayan existido otros referentes provechosamente torcidos y los “padres” inventados han tenido poco de padres y sí han preferido ser los “únicos únicos”. Ahora noto más una multiplicidad de “desheredados” y, lo que me parece valioso, más que un trabajo sobre las tramas que a menudo convierten al lenguaje en meramente instrumental, hay una vuelta al trabajo con la lengua, como en los textos de Gabriela Cabezón Cámara y Gemán Maggiori.

En el canal de Youtube del Museo del Libro y de la Lengua vas a encontrar Mientras tanto, que contiene las secciones ¡Adentro! (aguafuertes de cuarentena), la columna semanal de María Moreno, Subrayados feministas, lecturas feministas leídas por diversas militantes, profesionales y escritores, La kermés en casa, videos que recopilan el arte de madres y de padres para entretener a los chicos en casa. Mientras tanto incluye una intervención semanal sobre las lenguas de los pueblos originarios denominado Lenguas vivas. El ciclo Come en casa invita a autores que hablan de gastronomía en sus obras literarias.

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