El Bundesbank admitió ayer que Alemania podría caer en recesión a partir del tercer trimestre. Mientras, el comercio mundial se deteriora por los riesgos de la guerra comercial y el Brexit.
Consigna El País de España que Alemania admite que está preparada para inyectar 50.000 millones en su economía y consejeros del Banco Central Europeo (BCE) discuten sobre un nuevo paquete de estímulos para septiembre. Mientras, China y EE UU también planean medidas para sortear la desaceleración.
En Alemania las nuevas restricciones sobre el uso de motores diésel, la crisis de reputación de este sector, el impacto sobre el comercio de las tensiones comerciales entre EE.UU y China y el temor al Brexit han debilitado a la otrora poderosa industria alemana muy dependiente de las exportaciones. El trimestre pasado la economía germana ya retrocedió una décima (-0,1%).
«Este año la zona del euro es el ejemplo perfecto de la ley de Murphy; todo lo que podría salir mal está saliendo mal», dice el último informe de Bank of America (BofA) & Merrill Lynch Global Research. «En lugar de un verano tranquilo, estamos ante una tormenta perfecta con un aumento de la incertidumbre, con malos datos económicos, señales de deterioro y preocupación política a nivel mundial y nacional», añade el análisis del banco de inversión.
Por su parte, Italia está estancada después de que no lograra crecer el trimestre pasado y también flirtea con la recesión en medio de una gran inestabilidad política.