El Vaticano difunde las primeras fotografías del Pontífice yacente, mientras se confirma que un ictus cerebral, sumado a complicaciones respiratorias y enfermedades preexistentes, fueron las causas de su fallecimiento a los 88 años.
El Vaticano ha hecho públicas las primeras imágenes del papa Francisco en su féretro, en las que se observa al cardenal Kevin Farrell bendiciendo al sumo pontífice. Las fotografías fueron tomadas el lunes 21 de abril, día de su fallecimiento, durante el traslado del ataúd a la capilla de la Casa Santa Marta. El papa Francisco murió a los 88 años.
Las imágenes, captadas durante el acto oficial de constatación de la muerte a las 20:00 horas del lunes, muestran al Pontífice vestido con una túnica roja, una mitra blanca sobre su cabeza y un rosario negro entrelazado en sus manos.
El Papa yace dentro de un féretro de madera forrado en terciopelo rojo, dispuesto en la capilla privada de su residencia, rodeado por sus colaboradores más cercanos y numerosos cardenales presentes en Roma.
Según el informe de defunción publicado por la Santa Sede, el papa Francisco falleció a causa de un ictus cerebral, que derivó en coma y posteriormente en un colapso cardiovascular. El documento, elaborado por el médico responsable del Vaticano, doctor Arcangeli, detalla que el Pontífice tenía antecedentes de hipertensión arterial y diabetes tipo II. A estas condiciones preexistentes se sumó una insuficiencia respiratoria aguda derivada de una neumonía multimicrobiana, motivo por el cual había sido hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma a mediados de febrero.
La constatación oficial de la muerte, presidida por el cardenal camarlengo Kevin Farrell, tuvo lugar el lunes a las ocho de la tarde y se extendió por algo menos de una hora. Este rito, tal como establece el protocolo vaticano, contó con la presencia del médico y de los familiares o personas más cercanas al Papa. Tras levantar el acta oficial del fallecimiento, se procedió a colocar el cuerpo en el féretro.
Posteriormente, el Pontífice fue velado de forma privada antes de su traslado a la Basílica de San Pedro, donde los fieles podrán despedirse. A petición explícita del papa Francisco, esta primera fase del velatorio no se realizó en el Palacio Apostólico, como ocurrió con sus predecesores, sino en la Casa Santa Marta, el lugar donde residió durante los últimos doce años.