La muerte del funcionario de alto rango de Hezbola es un duro golpe para el movimiento islamista libanés proiraní, que generó condenas en la región y amenazas de represalias contra Israel.
El ejército de Israel mató al líder de Hezbollah, Hasán Nasrala. Según el comunicado de las Fuerzas de Defensa israelíes (FDI), Nasrala “fue eliminado” junto a otros comandantes y dirigentes de la milicia en los bombardeos de este viernes sobre Beirut, capital de Líbano.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, asistió justo ayer a la sesión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde justificó la necesidad de terminar con Hezbollah —milicia libanesa y grupo paramilitar que está respaldado por Irán— después de varios meses de fuego cruzado en la frontera entre ambos países. Minutos después de su intervención, las fuerzas israelíes atacaban Beirut. Los medios internacionales especulaban sobre la muerte del líder chiita después de que la milicia no pudiera contactar con él y este no diera señales de vida tras una noche de intensos bombardeos, hasta que Nadav Shoshani, portavoz de Israel para la prensa internacional, anunció su muerte esta mañana.
“Hasán Nasrala no volverá a aterrorizar al mundo”, compartió el ejército israelí en su cuenta de X.
Tras el anuncio de su muerte, se escucharon gritos de indignación en los barrios de Beirut que acogen a desplazados de las zonas chiitas y Líbano decretó tres días de duelo.
Irán decretó igualmente tres días de duelo y el primer vicepresidente iraní, Mohamad Reza Aref, declaró que la muerte de Nasralá provocará “la destrucción” de Israel. En Teherán, una multitud se congregó para expresar su congoja y en toda la ciudad se colgaron pancartas con el mensaje “Hezbolá vive”. Hezbolá, financiado y armado por Irán, fue creado en 1982 a iniciativa de los Guardianes de la Revolución de Irán.
REACCIÓN MUNDIAL
China desaprueba las acciones que violan la soberanía y la seguridad del Líbano y conducen a una escalada en Oriente Medio, afirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores, comentando el asesinato del líder del movimiento chiita libanés Hezbolá, Hassan Nasrallah. “China se opone a las violaciones de la soberanía y la seguridad del Líbano, se opone y condena todas las acciones que dañan a civiles inocentes y se opone a cualquier medida que intensifique los conflictos y aumente las tensiones regionales”, reza el comunicado.
“China insta a las partes involucradas, especialmente a Israel, a tomar medidas inmediatas para enfriar la situación y evitar que el conflicto se expanda aún más o incluso se salga de control”, señaló el Ministerio.
Rusia condenó el asesinato de Nasralá y urgió a Israel a cesar sus operaciones militares en Líbano. Para el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, Israel lleva a cabo “una política de genocidio desde el 7 de octubre”, cuyo nuevo objetivo es “Líbano y el pueblo libanés”. Hamás tachó el asesinato de Nasralá de “acto terrorista cobarde”.
En la región, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, no tardó en responder al ejército israelí. Khamenei instó a la población musulmana a apoyar a los civiles libaneses y a la milicia chiita, e insistió en que deben hacerlo “con cualquier medio que tengan para ayudarlos a enfrentar al perverso régimen” de Israel. El dirigente iraní no mencionó de manera directa la noticia de la muerte de Nasralá, pero condenó los ataques israelíes contra los civiles en Beirut. “Todas las fuerzas de resistencia en la región apoyan y están junto a Hezbollah”, enfatizó.
El ministro de Exteriores de Egipto, Badr Ahmed Mohamed Abdelaty, acusó a Israel de llevar a la región “al borde del abismo” y atribuyó únicamente a ese Gobierno el hecho de que no se llegue a un acuerdo de alto el fuego en Gaza pese a que varios países -EE.UU., Egipto y Catar- llevan meses trabajando conjuntamente por conseguirlo.
En tato en Occidente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que el asesinato de Nasralá era “una medida de justicia por sus numerosas víctimas, entre ellas miles de civiles estadounidenses, israelíes y libaneses”. La vicepresidenta y candidata a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, dijo que la muerte de Nasralá trajo justicia a las víctimas de Hezbolá. “Durante décadas, su liderazgo de Hezbolá ha desestabilizado Oriente Medio y ha llevado a la muerte de incontables vidas inocentes en el Líbano, Israel, Siria y en todo el mundo. Hoy, las víctimas de Hezbolá han obtenido una medida de justicia”, indicó Harris en un comunicado.